
La mayoría de los medios periodísticos del mundo, incluido los argentinos, han tomado una posición evidente en contra de la denuncia de fraude realizada por Donald Trump: minimizarla. Y aquí surgen preguntas necesarias: ¿Por qué? ¿Acaso, ellos cuentan con pruebas irrefutables que desmientan tal acusación? ¿Todos ellos se animarían a poner en juego su prestigio periodístico y credibilidad para respaldar la total transparencia del sistema electoral estadounidense? Sería interesante oír respuestas concretas a tales interrogantes. Más allá de eso, la desinformación de las grandes cadenas noticiosas es, casi, total. Por eso, resulta necesario reflexionar de manera imparcial para lograr claridad argumental.
Se ha determinado que existieron diversas irregularidades en el escrutinio en las elecciones norteamericanas. Y todas ellas presentan una curiosa particularidad: se han direccionado solo en perjuicio del Partido Republicano, sobre todo en Estados Demócratas. ¿Esto es prueba concreta de la existencia de fraude electoral? No, en lo absoluto. Podría tratarse de falencias aisladas, con una tendencia de perjuicio clara, pero no necesariamente ello represente indicio de la puesta en marcha de un plan sistemático para direccionar la elección a favor de Joe Biden.
El equipo de abogado de Donald Trump deberá presentar todas las pruebas que respalden la denuncia del actual presidente norteamericano. Ellos son quienes tienen la obligación de demostrar la validez de esos argumentos. Y aquí viene una aclaración central, aunque un tanto estúpida: las pruebas deben ser expuestas antes los tribunales de justicia, y no ante los medios. El reclamo periodístico de conocer pruebas no es más que un berrinche sin sentido. Es la Justicia quien debe decidir sobre las denuncias de fondo. Las cadenas noticiosas solo deberían dedicarse a informar, algo que no están haciendo de manera imparcial.
¿Existen posibilidades que Trump logre abrir una instancia legal donde se decida la definición de las elecciones? Ciertamente, todo dependerá de las pruebas que pueda aportar. De acuerdo a los argumentos que exponga, los tribunales decidirán en consecuencia. No es una empresa sencilla la que tiene por delante. Pero tampoco resulta imposible. Si los abogados del presidente logran que la Corte Suprema intervenga, se abrirá un nuevo panorama en el que las cosas podrían cambiar radicalmente.
Las proyecciones de los medios de comunicación han acercado a la Casa Blanca. Nada está dicho aun. Queda mucho camino por recorrer.