
El peronismo no K comenzó el Operativo “Retirada” dentro de las filas del Frente de Todos. Buscan despegarse de Cristina y La Cámpora. Sobre Alberto hay una posición tomada: su caída inminente es un daño colateral, un “sacrificio” necesario en pos de la causa. Dentro del PJ anticipan que un sector de la sociedad no olvidará fácilmente su participación en el FDT, estructura política que llevó a los Fernández al poder. La idea es minimizar las consecuencias políticas y electorales de un inminente pase de factura ciudadano. Teme por su futuro cercano.
Algunos “arrepentidos” optaron por dos premisas estratégicas para diferenciarse del gobierno: “decepción” y/o “desentendimiento”. Santiago Cúneo, periodista y empresario peronista, llamó a votar públicamente por Alberto y Cristina. Ahora, en vista de la desastrosa gestión que apoyó, se muestra muy crítico. Afirma que CFK le mintió al PJ cuando aseguró haber cambiado. Que el peronismo sea ingenuo es el argumento menos creíble del universo. Asimismo, Carlos Maslatón es otro ejemplo de votante arrepentido. Se autodefine como Liberal, pero apoyó abiertamente las candidaturas del FDT, incluso la de Axel Kicillof, a la cual definió como “Brillante”. Hoy, se ha desentendido de sus posicionamientos políticos apenas pasados.
Los dichos de ambos votantes de Cristina – Alberto – Kicillof no son casos aislados, al contrario, forman parte de una estrategia política ideada y montada por el peronismo no K para sobrevivir a la crisis venidera. Su objetivo principal es conservar capital político con vista a 2021 (si hay elecciones) y, sobre todo, para 2023. La maniobra es simple: buscar un responsable útil para depositar en él todo lo malo que aconteció. Y, por suerte para sus fines, hay varios nominados: Macri, Alberto y Cristina. Pero, el peronismo comprende que la memoria colectiva, a diferencia de 2001, es muchos más sólida. Hay mucho material audiovisual de archivo que les juega en contra, especialmente en redes sociales. Y lo saben perfectamente.
El peronismo no tiene candidatos con amplia aceptación popular para el futuro. Por eso, buscará impulsar nuevas figuras en política – sobre todo, algunas que aparenten ser opositoras -, para ir restándole votos a sus adversarios más fuertes e ir construyendo alianzas con vistas a 2023. Es decir, construirá algunos Caballos de Troya con la finalidad de retener poder. Como bien expresó Paulo Coelho en cierta ocasión: “EL engaño es una elección, no un error”. No te dejes engañar.