En enero del 2020, un 6,2% de brasileños vivían en la pobreza extrema. 6 meses después, es decir en julio del 2020, la cantidad de brasileños que viven en pobreza extrema se redujo a un 3,3%, es decir que, Bolsonaro redujo la pobreza extrema casi a la mitad. El índice de pobreza extrema en Brasil es el más bajo desde 1970.
A diferencia del Alberto Fernández, Bolsonaro no le quitó dinero a los jubilados y trabajadores del sector privado para darle un sueldo a los presos, a los asesinos, violadores, pedófilos y delincuentes.
Lo que hizo Bolsonaro fue, distribuir equivalente a 115 dólares al mes a trabajadores del sector informal y a microempresas afectadas por la pandemia; e implementó lo que no hicieron los gobiernos y movimientos feministas, y fue dales a las madres solteras el doble de salario.
Bolsonaro terminó el 2019 con unos excelentes índices económicos. La creación de puestos de empleos fue positiva, ya que originaron 70.582 bacantes sólo en octubre del 2019 y para finales de año se generaron 841.500 puestos de empleos formales. Es necesario aclara que, fue el mejor balance de los últimos 5 años den Brasil.
Frente a la crisis global que ha creado la pandemia, Bolsonaro tomó buenas decisiones y se diferencia del régimen empobrecedor argentino.
Para julio del 2020, Brasil volvió a registrar un nuevo crecimiento del empleo en julio, dando los mejores índices en ocho años. Ya que, se crearon 131.010 puestos de trabajo formales netos en julio, y estos, fueron impulsados por la industria y la construcción.
Bolsonaro, desde que asumió la presidencia hasta el día de la fecha, destruyó 912.640 puestos de trabajo. Pero, creó más de 1 millón de puestos de trabajo nuevos. Superando así, los destruidos en un lapso de un año.
Con las mismas condiciones mundiales y regionales. Bolsonaro Destruyó más 900.000 puestos de trabajo. Alberto, destruyó más de 900.000 puestos de trabajo. Bolsonaro creó más de un millón de puestos de trabajo. Alberto, no creó “0” puestos de trabajo.
En pocas palabras, Brasil creó más puestos de empleos, que los que se destruyeron. Por su parte, Alberto Fernández sólo destruyó puestos de empleos, sin crear ninguno.
En junio del 2018, Brasil registró la tasa de homicidios más alta de su historia y suma más de 500 mil asesinatos en diez años. Es decir, antes que asuma Bolsonaro como presidente, la tasa de homicidios en Brasil fue “30 veces la de Europa”. Así de grave era la situación en materia de seguridad.
Es por eso, que Bolsonaro flexibilizó los permisos de portación de armas y crecen un 205%. Es decir, que decidió desarmar al delincuente y darle un armar al trabajador.
En un año, el permiso de portación de armas, pasaron de 24.236 a 73.996. Y según un estudio, se indica que gracias a esta medida se han salvado más de 160.000 vidas.
Con el decreto presidencial, la licencia de portación de armas pasó de 5 a 10 años. A su vez, la persona que quiera portar un arma en Brasil ya no tiene que justificar ante la policía nacional la necesidad de comprar un arma. Sólo basta con cumplir los siguientes requisitos:
Tener 25 años o más. Tener un trabajo. Tener una dirección que se pueda comprobar. Carecer de antecedentes penales. No tener impedimentos físicos o psicológicos. Cumpliendo con todo esto, se pueden comprar hasta 4 armas por persona. De esta forma, con todos estos requisitos, el gobierno se asegura de darle un arma a un trabajador y no al delincuente.
También, Bolsonaro amplió la legítima defensa para los policías, ya que anteriormente el policía tenía que recibir un tiro para poder responderle a un delincuente. Aun así, muchos policías fueron condenados por un “Exceso doloso”.
Ampliar la legitima defensa, tiene como idea fundamental: Si la policía tiene que matar a un delincuente para proteger a la sociedad, que así sea.
Bolsonaro, fue el presidente que más rápido ha reducido los índices de inseguridad en Brasil. Esa es una de las explicaciones del crecimiento económico en su gestión, ya que, un país con menos inseguridad es un país con mayor crecimiento.
Con la simple lógica: Lo único que puede combatir la pobreza es crear puestos de empleos, pero, nadie abre un local comercial en un barrio inseguro.
A fines del 2019, Bolsonaro redujo de forma histórica el número de muertes violentas. Se registraron 18.120 muertes violentas menos a comparación del 2018.
Teniendo en cuenta que Brasil tiene más de 105.000 muertos, Jair Bolsonaro, registra sus mejores índices desde su llegada al poder, con una fuerte aprobación electoral.
El índice de aprobación subió desde junio cinco puntos, pasó del 32% al 37%, y el de rechazo cayó diez puntos, es decir, bajó su imagen negativa del 44% al 34%.
Por otro lado, entre los millones de brasileños que recibieron una ayuda de emergencia frente a los impactos de la pandemia. Un 42% de esos beneficiarios aprueba su gestión.