
Según la Real Academia Española, una de las acepciones del término “Contexto” refiere al “Entorno físico o de situación, político, histórico, cultural o de cualquier otra índole, en el que se considera un hecho”. Es decir, dicha palabra hace referencia a un conjunto de circunstancias que ocurren alrededor de un acontecimiento o evento determinado que deben poder ser comprobados de forma concreta. Toda situación posee un contexto único, particular e irrepetible. Justamente, ello es lo que diferencia a un acontecimiento de otro, independientemente de que ambos pudieran poseer desenlaces similares. No existen dos casos que posean un contexto similar. Teóricamente, en todo análisis que pretenda realizarse sobre una circunstancia determinada, lo primero que deberá realizarse es prestar atención a su contexto. Y, a partir de allí, comenzar a transitar el camino de la investigación o estudio elegido.
Desde su retorno a la vida democrática, el contexto político de la República Argentina fue complejo, caótico y apasionado. Fue en aquel 12 de diciembre de 1983 cuando se puso fin a la sangrienta Dictadura que azotó al país, desde el fatídico 24 de marzo de 1976. Con la asunción de Ricardo Alfonsín como presidente, comenzó una nueva era nacional. A partir de la toma de mando del radical, hasta la actualidad, han pasado cerca de 37 años. Durante dicho periodo, el predominio político y cultural peronista ha sido casi absoluto, abrumador. Los datos objetivos, basados en información cronológica, así lo indican. ¿Sabe Ud., a ciencia cierta, cuantos días gobernó cada fuerza política que tuvo la responsabilidad de presidir al país durante el lapso señalado? Preste atención a los siguientes datos porque, vistos en retrospectiva, resultan categóricos.
El peronismo, entre 1983 a 2019, gobernó 8.925 días. Se arribó a dicho dato a partir de computar la duración (calculada cada una de ellas en días) de los siguientes mandatos presidenciales: Carlos Saúl Menem, 3.828; Adolfo Rodríguez Saá, 7; Eduardo Duhalde, 508; Néstor Kirchner, 1.661 y, finalmente, Cristina Fernández de Kirchner, 2.921 jornadas.
En lo que respecta a otras fuerzas políticas, las cifras resultan sensiblemente inferiores. Ricardo Alfonsín estuvo en el poder durante 2.037 días. Cabe aclarar que, en aquel tiempo, el mandato presidencial tenía una duración de 6 años; algo que se modificó a partir de la Reforma Constitucional impulsada por Carlos Menem en el año 1994. Otro radical que presidió Argentina fue Fernando De La Rúa, quien desarrolló su rol a lo largo de 732 días. Este último y Alfonsín comparten algo más que afiliación partidaria: ninguno de los dos pudo terminar su mandato, teniendo que abandonar el cargo a partir de las consecuencias generadas por sendas crisis sociales, políticas y económicas. El tercer mandatario no peronista en el periodo analizado fue Mauricio Macri, quien a diferencia de las dos figuras antes mencionadas, sí pudo concluir su presidencia en tiempo y forma. Logro que no lo eximió de padecer un periodo crítico durante su mandato, el cual se extendió a lo largo de 1.416 días.
En la comparativa entre la duración de presidencias peronistas y no peronistas, surge un aspecto llamativo: salvo por las gestiones provisorias de Rodríguez Saá y Duhalde, cualquier presidencia peronista tuvo mayor periodo de tiempo en el ejercicio del poder en relación a la gestión de Macri, la única ajena al PJ que pudo cumplir su mandato constitucional. Es decir, la supremacía de tiempo ejerciendo poder de Menem y los Kirchner, en proporción al ejemplo puntual citado, es innegable.
En resumidas cuentas, hay que señalar de manera contundente lo siguiente: los gobiernos peronistas estuvieron al frente del Poder Ejecutivo a lo largo de 8.925 días, mientras que las fuerzas no peronistas hicieron lo propio durante 4.231 jornadas. Otro dato complementario interesante es el siguiente: todos los gobiernos peronistas terminaron sus mandatos presidenciales en tiempo y forma. Ninguno debió abandonar su gestión antes del tiempo constitucional que les correspondía. Del mismo modo, puede añadirse otra información de gran relevancia histórica: todos los gobiernos peronistas mencionados tuvieron mayoría parlamentaria, tanto en la Cámara de Diputados como de Senadores. Algo que nunca tuvieron los gobiernos de otras fuerzas políticas. Tercera información importante: también, las gestiones del PJ contaron con sólidos lazos con mayoría de gremios, sindicatos, agrupaciones sociales, sectores empresariales y la Iglesia; algo de lo que carecieron las demás presidencias.
Desde el 10 de diciembre de 1983, hasta el 10 de diciembre de 2019, pasaron 13.156 días. En dicho periodo, el peronismo gobernó durante el 67, 84 % del total de ese tiempo. Porcentaje que, indudablemente, aumentará exponencialmente cuando se compute el tiempo de duración del actual mandato presidencial de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner. Un antecedente que resulta crucial dentro del contexto social e histórico del país.
Probablemente, estos datos no resulten ninguna novedad para gran parte de los argentinos. Tal vez, muchos lo conozcan de memoria; lo cual resulta importante. Sin embargo, lo verdaderamente relevante no es conocer datos históricos objetivos – ese sería un primer paso dentro de todo proceso de conocimiento – lo que verdaderamente hará la diferencia es determinar qué hará cada ciudadano con esa información. Y es allí, desde donde se podrían marcar diferencias contundentes de cara al futuro.
Aleksandr Isàyevich Solzhenitsyn, escritor e historiador ruso, ganador del Premio Nobel de Literatura en el año 1970, expresó en cierta oportunidad un pensamiento muy pertinente con relación al tema desarrollado en este texto. Dijo: “Si no conocemos nuestra propia historia, simplemente padeceremos los mismo errores, los mismos sacrificios, los mismos absurdos una y otra vez”.